miércoles, 28 de julio de 2010

Planes

En el bolsillo tengo algunos minutos de sobra, por lo menos un kilo y doscientos gramos de irreverencias para pasar el día; un gramo de tensión, para despertar las inquietudes. Y un abecedario completo (excluyendo la T) de planes adicionales. Por si las moscas.
Anotaciones quisquillosas, segundos de silencio incómodos que se transformen en risas irrelevantes y sinsentido. Decisiones de última hora, intrincadas teorías de conspiración, territorios inhóspitos y sin colonizar, peticiones y ruegos. Frases forzadas, algunas necesarias para abandonar el ensimismamiento propio de un día caluroso; intrusiones en angulosos rincones llenos, en muchas ocasiones, de mugre y noches perdidas. Irrecuperables.
Edulcorante, sal, arsénico. Montañas de ceniza, intransigencia. Historias ajenas que acaban convirtiendose en propias.

Y sino, la serpenteante,fresca y evocadora compañia de una cerveza.

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