Es tan bonito escribir sin ánimo de lucro, sin razón, sin sentido. Olvidar la presión de las palabras, de las conversaciones que se guardan en la caja negra de la memoria, dejar de medir su peso. El de las palabras.
Escribir porque sí. Poner palabras al azar, enlazarlas. Escupirlas, violarlas, pisotearlas. Unirlas. Con tu propia lógica, con tu significado. O sin él.
Sacarina - asfalto - pólvora - tucán - zozobra
Y con esto no digo nada. Y lo digo todo.
Sucesiones de irreverentes ráfagas de ideas del noroeste, del sureste. De arriba. Que viajan en diagonal, en avión, en bicicleta. Malheridas, cojas. Perseguidas por viejas ideas, ya obsoletas y seniles. Ideas con niveles, con subideas. Falacias. Y en ocasiones, las verdades más puras.
Así, sin quererlo. Verdades.
Así, sin quererlo. Verdades.
Y con esto no digo nada. Y lo digo todo.