lunes, 14 de febrero de 2011

El self .

Buenas noches señoras y señores, el relato de hoy trata sobre una mujer que parece una buena inversión pero que al final, solo genera pérdidas. Trata también, de unos ojos inertes que, desde un marco de roble, observan dos siluetas que se deslizan por el suelo entre aspavientos y gemidos. De medias en esquinas, de ceniceros volcados. De un yo contra él (contra el Original). De títulos de crédito en sueco. De desear menos centimetros en un cama. De sinopsis inexpertas escritas en servilletas de papel, generalmente grasientas.Y yo que hablo de adentro hacia atrás, de la Argañosa hasta el infinito.Y del infinito a Illinois. O incluso a Walden 7 .

La mujer en cuestión trata de averiguar si ella es ella, es decir, si no es un reflejo de lo que los demás ven de ella. Trata de su búsqueda del Original, del que los ha imaginado a todos, el que les ha puesto en una mochila una larga retaila de adjetivos y sobrenombres que arrastran sin apenas darse cuenta. De un gran espejo en el que todos se reflejan y se ven en los ojos de él .
De los puntos de vistas ajenos, extranjeros, locales, urbanos, propios .
De su emigración, temporalmente instantánea, al espejo .
De Alicia en el País de las Maravillas y los distintos centros psiquiátricos.
Del tiempo que arrastra a un conejo, del Sombrerero adicto a infusiones con nombre pronominal, del gato intangible, de la oruga fumadora compulsiva que pregunta ¿quién eres tú?.

Y tú, que contestas:
-Yo que sé.

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