sábado, 6 de febrero de 2010

Apostando a no ganar jamás.

"Otra vez este vacio" pensó ella. Otra vez esas ganas insaciables de hacer algo que no recordaba, esa sensación de quemazón en la garganta, las manos temblando, otra vez el corazón, golpeando con fuerza su pecho, como si quisiera escapar de allí, irse palpitando en busca de lo que ella no podía encontrar. No eran pocas las veces en las que se le pasaba por la cabeza dejarle escapar, seguirlo y dar por fin con la razón de su desconcierto, pero ¿y si se escapaba? ¿Qué sería de ella sin él? Sería como un libro sin letras, un pentagrama sin notas, un soporte vacío...no, definitivamente no podia dejarle ir, lo lamentaba, pero esa posibilidad quedaba descartada.(...)Y cuando parecía resignada, un destello iluminó su cabeza, aún cabia una posibilidad, y si aquello que buscaba...¿estaba justo a su lado? Tan cerca que ni siquiera ella pudo percibir las señales que surgían del anguloso rincón de su habitación. Daba igual, pensar, en ese instante, se le hacía pesado, doloroso incluso y a ella le gustaban las salidas rápidas, las soluciones prácticas y sencillas, no complicarse, eso siempre le funciona o al menos, hasta ese momento. No le dolió, hacía tiempo que eso no pasaba, se había acostumbrado. En un instante sintió un éxtasis recorrer cada vena de su sistema circulatorio y cada minusculo rincon de su cuerpo se vio embriagado de un placer que solo conseguia de esa manera, ese era justo el problema, quizás si encontrara lo que su corazón anhelaba podría dejar todo aquello atrás, pero eso era complicarse las cosas y como he dicho antes, a ella le gustaban las cosas sencillas.

1 comentario:

  1. Pues si le gustan las cosas sencillas dile tu que venga al campa a beber, que las tochas 2 euros y los cacharros 3 mas sencillo imposible jajaja
    Me gusta mucho :)

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