miércoles, 10 de noviembre de 2010

Malos hábitos.

Tengo que ponerme en serio. Que ya es hora. Que ya tengo una edad. Que hasta las propias excusas se están quedando sin razones 'de peso', 'válidas'. Y es que cuando hay alicientes para no salir de casa es difícil conseguirlo.

No sé, supongo que debería empezar a ponerle trabas a la somniolienta vagueza que tira de mí todas las mañanas. Aunque la mecánica de mi cabeza (y mis instintos), a veces, no me lo permitan.
Así pues, ¡salgamos a la calle!¡Observemos cómo los termómetros bajan sus temperaturas hasta mirarse el ombligo!¡Dibujemos nuestro aliento en el aire! Aunque en ocasiones, este se encuentre viciado, perturbado, sucio. Y eso acabe corrompiéndonos.

Pero, tranquilos, siempre queda el vacío y aséptico baño. (Se oye el goteo de un grifo)

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