domingo, 5 de diciembre de 2010

Patetismo en Vetusta .

Aún ahora, con la cabeza fría y resacosa, el codo dolorido, no sabria decir si ayer fue un buen o un mal día.
Es muy triste darse cuenta de algunas cosas, pero es menos triste si cuando lo haces Raúl nos invita a un chupito (otro más) y Jaimehijodeputa se empeña en que tome un jager.
Hablando del tiempo y del estado de la calle con agradables desconocidos que se quejaban del frío mientras yo solo me preocupa de intentar recordar cuantos nosequé había tomado y de quién era la sudadera que llevaba en la mano (unos minutos más tarde encontraría la respuesta) A esto he de añadir que ultimamente las prendas de vestir acaban, inexplicablemente en manos de quien menos esperas.
Los chicos de la Lila, etilicamente más afectados que nosotras que no paraban de inventarse historias para el estado de Isa, a la vez que intentabamos hacerles recordar cómo habían acabado allí.
Hay que señalar que disfrutar del 'apalancamiento' y del ecosistema de los lugares por los que pernoctamos, con ciertas compañias, presta por la vida.

¿Conclusiones? El final es lo menos importante, si el nudo se mantiene entretenido y los personajes singulares, carismáticos no paran de aparecer. El principio. Siempre el mismo.

La matina del domingo, es decir, el principio de la historia, en solitario y envuelto en humo. Por favor.

1 comentario:

  1. Esta entrada me deja un tremendo mal cuerpo. A ver si moi aussi voy a necesitar puntos.

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