Y una vez más, intentar, en vano,
volver al País de la Memoria
y no llegar ni a la vuelta de la esquina.
Nota: No me gusta tener las manos frias, pero sí el olor a reflex, las manoplas,
los juegos de palabras y dejar la mente en blanco.
jueves, 28 de enero de 2010
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