Me vi en la cara de la bruja. Del capitán inglés. Del cura. De Blancanieves. Me vi en todas las caras. Me vi, incluso, en la tuya.
Y me di cuenta de que él, el Original, seguía escondido en alguna parte.
Quizás, sentado en algún café. Puede que tomando un vaso de whiskey o de agua. Quizás demasiado visible para unos ojos que no saben ver.
'Lo esencial carnavalesco es quitarse el disfraz'
domingo, 6 de marzo de 2011
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Lástima que tus letras no abunden más, limitadas por tu acceso a Internet.
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